Crisis Sanitaria en Chile: Cuando las crisis las pagan los pobres el pueblo sale en ayuda del pueblo.

 

 

 

 

 

 

 

 

Por Camilo Mansilla Quiñones

Movimiento de Defensa de Acceso al Agua, la Tierra y Protección del Medio Ambiente

MODATIMA CHILE

El 3 de marzo se confirmó el primer caso contagio de COVID-19 en Chile, hoy ya pasados dos meses, al momento de escribir este documento tenemos sobre 20.000 casos acumulados, casi 10.000 casos activos y récords de tasas de contagio. La pandemia muestra la improvisación de un gobierno que intenta prolongar su fecha de expiración después de 6 meses de revueltas sociales. En estas ocho semanas de crisis sanitaria hemos pasado a través de recomendaciones de protección contradictorias, cuarentenas parciales, pequeñas ciudades con tasas de contagio de grandes capitales del mundo, datos oficiales de contagios omitidos, muertos considerados como pacientes recuperados, contagiados asintomáticos no considerados en la estadística oficial, gráficas distorsionadas, centros comerciales abiertos y plebiscitos por una nueva Constitución Política pospuestos.

En Chile la curva dista mucho de aplanarse, la pandemia a quitado el velo a las desigualdades del neoliberalismo, el 38,9%[1] de la fuerza de trabajo (3 millones 600 mil personas) no tienen contrato de trabajo, estas son trabajadoras y trabajadores que deberán salir a la calle para llegar a fin de mes; la mitad de los trabajadores reciben sueldos menores a $350.000[2]; adultos mayores con pensiones bajo la línea de la pobreza[3]; 77 mil familias de bajos ingresos que viven la cuarentena en sus hogares hacinados[4]; y 1.5 millones de personas que no tienen fuentes de abastecimiento formal de agua potable. Esta última situación, es gravísima al ser el constante lavado de manos una de las medidas principales para no aumentar el número de casos.

Pero las desigualdades hídricas en este largo y angosto país no se originan en los últimos dos meses de pandemia, por el contrario, tienen su comienzo hace 40 años en los que se ha desarrollado contextos  adversos de comunidades precarizadas. Para comprender la situación en Chile cabe entender que el agua fue privatizada en 1980 años, durante dictadura fascista de Augusto Pinochet, a través de la instauración de la Constitución Política de Chile (1980) y el Código de Aguas (1981). Dos marcos jurídicos que convierten el agua en un bien privado, permiten la entrega Derechos de Aprovechamiento de Aguas (DAA) a particulares de forma gratuita y permanente, permitir el libre uso y goce del agua sin la definición de usos prioritarios (como el consumo humano), otorga voz y voto sólo a quienes sean propietarios de DAA y de forma implícita genera un mercado donde se transa este elemento vital. En los territorios ha significado la apropiación en base al despojo del agua como bien común intrínseco de toda forma de existencia.

El agua es ahora un bien privado, escaso y concentrado en manos de pocos, las comunidades sin abastecimiento de agua normalizan su suministro por medio de camiones cisternas sin certificaciones sanitarias. De esta manera inescrupulosos han hecho fortunas lucrando con la escasez, es el caso de Isidoro Quiroga[5] conocido como el “zar de las aguas” quien en pocos años a través de la venta de DAA hizo una fortuna de $18.305.292 USD; es el caso del actual Ministro de Agricultura chileno José Antonio Walker Prieto quien junto a su familia ostentan DAA por sobre 29.000 litros por segundo equivalentes a $86.275.000 USD; o es el caso de quienes lucran con la sed de las comunidades, el Estado de Chile en los últimos 5 años ha gastado 180 millones de dólares trasladando agua en camiones aljibes. Esta lista se puede extender a Edmundo Perez Yoma (exministro), Juan Antonio Coloma (senador), Alfredo Moreno (ministro), etc. todos en una íntima relación político empresarial.

Como MODATIMA llevamos sobre una década batallando por la desprivatización del agua, la gestión comunitaria de los bienes comunes y el fin del capitalismo. Hemos estado en todos los frentes donde ha sido necesario estar y en estos tiempos de pandemia, donde la desigualdad es abrupta, donde las y los trabajadores pagan la crisis, donde nuestras vidas fueron hipotecadas y sacrificadas para salvar la economía neoliberal, nos hemos puesto a disposición de las y los comunes en el tejido de las redes de subsistencia, en la colectivización del agua y el alimento, en entregar nuestras habilidades y capacidades a la construcción de poder popular, para poner en práctica lo único que nos permitirá salir salvos de la pandemia neoliberal, la solidaridad entre los pueblos.

¡Solo el pueblo ayuda al pueblo!

Modatima, Petorca.

[1] Datos de Fundación Sol http://www.fundacionsol.cl/2020/03/aguanta-usted-una-cuarentena-radiografia-economica-del-hogar-chileno-que-se-enfrenta-al-covid-19/

[2] La pobreza del «modelo» chileno http://www.fundacionsol.cl/wp-content/uploads/2018/11/IBV13-2.pdf

[3] https://www.elsiglo.cl/2019/03/31/afp-lo-conocido-pensiones-de-pobreza/

[4] https://ciperchile.cl/2020/03/26/viviendas-hacinadas-y-campamentos-dos-rostros-de-la-desigualdad-frente-al-covid-19/

[5]https://ciperchile.cl/2013/12/10/la-historia-del-discreto-empresario-que-se-transformo-en-el-zar-de-las-aguas-en-chile/