Petrolera Geopark se retiró de manera irrevocable de territorio Achuar y Wampís en la Amazonía norte de Perú

Escribe Kathia Carrillo


Tras una ardua lucha emprendida por el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación
Wampís (GTANW) y la Federación de la Nacionalidad Achuar del Perú (FENAP) frente a la amenaza extractiva en sus territorios, Petroperú informó, el 16 de julio, que su socia Geopark había decidido retirarse irrevocablemente del contrato de licitación del lote 64. Poco más de un mes antes, la petrolera había sido denunciada penalmente por el GTANW por poner en riesgo de COVID-19 a la población Wampís del río Morona.

El lote 64, ubicado al norte de Loreto, cerca de la frontera con Ecuador, es considerado
por el Estado, Petroperú y la Sociedad Peruana de Hidrocarburos como uno de los
lotes más promisorios de la Amazonía, cuya producción llegaría a 2000 y 4000 barriles
diarios. Su funcionamiento sería el salvavidas para la ya decadente Petroperú, puesto
que activaría más el vetusto y corroído Oleoducto Norperuano, y alimentaría a su gran
elefante blanco, la refinería de Talara. Sin embargo, el lote lleva 25 años sin funcionar y
ya son seis las empresas que han retirado su inversión de él. Esto se debe, entre otras
cosas, a la oposición tajante de los pueblos que habitan en dicho territorio.

La Federación de la Nacionalidad Achuar del Perú (FENAP), representante de 45
comunidades del Pueblo Achuar del río Pastaza y sus subcuencas Huasaga, Manchari y Huitoyacu, y el Gobierno Territorial Autónomo de la Nación Wampís, representante 85
comunidades de los ríos Kanús (Santiago) y Kánkaim (Morona), establecieron una
alianza en 2018 para luchar juntas contra la amenaza petrolera en sus territorios. Es así que las Naciones Indígenas y sus asesoras legales presentaron, en enero de 2019,
observaciones al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que había presentado Geopark a
SENACE. En febrero, SENACE emitió un informe con más de 170 observaciones al
estudio. Entre ellas se encontraba el uso irregular de infraestructura del Ejército del
Perú para las operaciones de la empresa (según el proyecto, el campamento Morona
está ubicado en la base del Ejército Sargento Puño), información incompleta sobre
sitios arqueológicos que se dañarían, y plagios a páginas de Wikipedia. A su vez, la
Nación Wampís solicitó a SENACE ser incluida como tercer administrado en el proceso
de evaluación del EIA, y en junio SENACE aprobó dicha solicitud. Inmediatamente
después, Geopark retiró su estudio del proceso de evaluación y suspendió así el
procedimiento para obtener un permiso ambiental para operar.

Luego de ello, ese mismo mes, las autoridades Achuar y Wampís viajaron a Chile, sede
central de Geopark, para reunirse con el CEO de la empresa y expresarle su rechazo al
proyecto. En dicha reunión, advirtieron que la empresa debía retirarse de sus
territorios y cesar sus intenciones de explotar petróleo ya que las naciones indígenas
no se lo permitirían. Posteriormente, las naciones Achuar y Wampís lograron que la
agencia USAID retirara su apoyo monetario al proyecto de desarrollo de la línea de
base para el proyecto del lote 64 de Geopark.

A pesar de los golpes recibidos, la empresa continuó con presencia en territorio
indígena de la mano de su socia Petroperú. Esto se ha denunciado y documentado
como un comportamiento usual del sector petrolero, cuyos relacionistas comunitarios
suelen ingresar a comunidades con promesas de proyectos de infraestructura y
proyectos productivos para el “desarrollo”, a cambio de la licencia social para explotar
y contaminar sus territorios.


Durante abril y mayo de 2020, personas de las comunidades Wampís del Morona
reportaron haber visto embarcaciones con trabajadores de la empresa durante la
Emergencia Nacional. Por ello, el 26 de mayo, el Pámuk (Presidente) del GTANW,
Wrays Pérez, con la asesoría legal de la abogada quechua Katherine Paucar (de
Earthrights International), presentó una denuncia penal contra Geopark en la Fiscalía
de Datem del Marañón, por poner en peligro de contagio de COVID-19 a la población.
Poco más de un mes después de que la denuncia fuera aceptada por fiscalía y se
determinaran diligencias para investigar el caso, Geopark retiró a sus trabajadores de
la base militar Sargento Puño y, finalmente, comunicó a Petroperú su retiro
irrevocable del contrato de licitación.

A pesar de que esto constituye un triunfo para las naciones indígenas Wampís y
Achuar del Pastaza, la lucha aún continúa. El sector petrolero y el Estado peruano
siguen insistiendo en la imposición del lote 64 y tienen intención de realizar
operaciones a como dé lugar, ya sea con Petroperú asumiendo el lote a 100% o
buscando una socia para su manejo. Por ello, el Pámuk de la Nación Wampís, Wrays
Perez, y el presidente de FENAP, Nelton Yankur, declararon recientemente en una
conferencia que lucharán por la anulación del lote ya que su existencia atenta contra el
derecho al consentimiento previo de los pueblos. En efecto, FENAP demandó al Estado

Peruano en 2015 por el reconocimiento de su territorio integral y la anulación de todos
los lotes petroleros dentro de él; y en 2017, un juez dio un fallo favorable a parte de su
demanda. Sin embargo, este fue apelado por el Ministerio de Cultura.
Está claro que, mientras que el Gobierno peruano prioriza las industrias extractivas por
sobre la salud y vida de las personas; para las naciones indígenas Achuar y Wampís,
que por milenios se han caracterizado por ser guerreras y defenderse de invasiones y
amenazas externas, el compromiso sigue siendo el salvaguardar sus territorios de vida
para las generaciones venideras.

Lucha Indígena 167- EDITORIAL

Ya salio Lucha Indígena 167

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Editorial

Con brutalidad desnuda los peruanos hemos podido ver estos últimos días como policías y militares en Espinar abren fuego contra el pueblo espinarense movilizado en protesta a causa de la contaminación minera, y como las supuestas fuerzas del orden viajan en carros de la empresa minera. Hemos visto como los representantes del gobierno dejan plantados a dirigentes, alcaldes provinciales y representantes de la iglesia de Espinar que han venido a la mesa de diálogo a pesar de que hubieron torturas, heridos, tocamientos, asaltos y probablemente violaciones. Para los pobres no hay justicia. Con metales pesados y cuerpos vulnerables tienen que enfrentar el Covid en Espinar, con una cuarentena imposible de cumplir para quien tiene que conseguir día a día el dinero suficiente para subsistir. Pero el presidente Vizcarra no se digna ni a mencionar las protestas en Espinar en su discurso del 28 de julio. En los medios de comunicación oficiales se dice que los espinarenses solo quieren plata de la mina cuando en realidad lo que quieren es sanar sus cuerpos, agua limpia y tierra saludable. El mensaje presidencial nos dejó claro que Reactiva Perú es reactivar los proyectos mineros con mucha más irreverencia hacía la Pachamama y los pueblos que antes. El estudio de impacto ambiental y la consulta previa son para el gobierno meras formalidades que hay que agilizar exigiendo menos y facilitándoles los trámites a las empresas. Los proyectos mineros con sus miles de trabajadores no tienen cuarentena y avanzan mejor que nunca ahora que los pueblos estamos prohibidos de protestar, de juntarnos, de organizarnos. Al capital le viene muy bien la pandemia, tenernos a todos asustados y separados en nuestras casas, mientras las transnacionales queman la Amazonía, extraen los metales y el petróleo contaminando el medio ambiente, cuando justo esta contaminación, ese estilo de vida que se llama capitalismo ha producido este virus. Era insostenible continuar contaminado así al planeta sin que finalmente colapsara. La cura definitivamente no es más de lo mismo. La pandemia no trajo la crisis, la crisis ya estaba aquí. Cuando una planta crece en tierra pobre de nutrientes, en tierra contaminada, es más probable que le ataquen pulgones, hongos, etc. Lo hacen porque ella ya está débil. Lo mismo pasa con los animales y con los humanos. Nuestro hábitat, nuestra agua, nuestro aire, nuestros alimentos están contaminados y así se propaga el virus. La pandemia llegó cuando muchos pueblos ya estaban al borde de lo que se puede soportar. Los Quechua, Achuar y Kichwa en la amazonía peruana tienen más de 150 días con derrame de petróleo en sus aguas sin que la empresa Frontera Energy se haya dignado a limpiar. Reparte mascarillas y camillas para quedar bien pero no limpia el tremendo desastre ambiental que ha dejado. Luego de años de lucha el pueblo wampi ha ganado y la empresa se ha ido de su territorio. Pero Petropero, que se han autonombrado dueños del lote que en realidad es territorio ancestral wampi, buscan una nueva empresa para explotar el petróleo. En Chile los presos políticos machis, encargados espirituales del pueblo mapuche, llevan ya más de 90 días en huelga de hambre para que el estado les deje cumplir su pena en sus propios territorios, a lo cual tienen derecho según la 169 de la OIT. En apoyo a ellos el pueblo mapuche ocuparon municipios, pero fueron desalojados por hordas fascistas con el apoyo de los carabineros (policías chilenos).

Si nos enfermamos ahora, del virus o de cualquier otra cosa, no hay atención en el hospital. Privatizaciones masivas del sector salud hace que ahora no hay personal que atienda, que sea peligroso desde un punto de vista de contagio y no hay respiradores. Médicos y curanderos activistas e indígenas nos dicen que urge autogestionar nuestra salud y alimentación. Urge averiguar entre los mayores de nuestros territorios qué plantas podemos usar para prevenir y curar. Urge dejar de comer la “comida” que la industria alimentaria nos vende. No es alimento, si no que nos debilita acidificando nuestros cuerpos con conservantes, colorantes, edulcorantes y grasas trans. Urge hacer huertas, hacer nuestro propio alimento y consumir alimentos producidos en nuestros territorios por campesinos cercanos.

Urge también autogestionar la educación de nuestras hijas e hijos. A muchos lugares no llega la educación a distancia porque no hay internet. Quienes sí tienen internet y celulares han notado como sus hijas e hijos son bombardeados por tareas que son difíciles de cumplir sin llegar a un alto nivel de estrés y presión, que en esta situación de pandemia agobia a las familias aún más. Las tareas enseñan sobre todo a ser obedientes, a cumplir sin cuestionar para a futuro poder servir a un sistema capitalista y explotador. ¡No necesitamos enseñarles eso a nuestros hijos! Necesitamos enseñarles a cultivar la tierra, a cuidarla, a hacer sus propios alimentos y cocinarlos, a hacer su propia medicina, desarrollar su creatividad para buscar nuevas soluciones y sobre todo a organizarse colectivamente con otras y otros para hacerle frente a esta nueva normalidad.

Urge solidarizarnos entre nosotrxs, entre lxs de abajo, intercambiar experiencias y tejer no solo resistencias, si no alternativas de vida. Puede parecer ostentoso pero la Pachamama y nuestras hijas e hijos no se merecen nada menos.

Lucha Indigena Ag 2020online

NOTA DE RECTIFICACIÓN
Por un error de redacción en el periódico que compartimos virtual y en archivo PDF, se dice que el pueblo wampi está sufriendo 150 días de derrame sin remediación ambiental, cuando la noticia claramente hace referencia a Frontera Energý y la contaminación que ha provocado con 8 derrames de petroleo en los territorios quechua, ashuar y kichwa.
Reiteramos nuestro respeto por la diversidad y riqueza cultural de cada uno de nuestros pueblos indígenas, así como por la lucha en defensa de la madre tierra y la vida toda.